COPPELIA

Estaba escuchando, en un atardecer de septiembre, el ballet del “Lago de los Cisnes”, cuando una mujer, alta y elegante, entró en mi cuarto. Tras los consabidos saludos y una corta conversación, decidimos seguir oyendo las vicisitudes de los cisnes. La mujer no titubeó sentarse en el suelo, apoyando la espalda en la cama, cerró los ojos y encogió las piernas mientras lucía unas zapatillas de cordones, como si fueran de bailarina. Mientras la música seguía sonando contemplaba a aquel bello ser que, instintivamente, tuve la sensación de que era la muñeca Coppelia la que tenía en el suelo sentada.
COPPELIA
-Mírala, poeta, como navega a través del Danubio Azul camino de las Sílfides.
-¡Es verdad –exclamé exaltado! -Allí va Coppelia, la muñeca hecha milagro.
-Toma el barco y síguela.
¿Es posible encontrar la esperanza hecha realidad?
Yo no soy poeta, sólo un hombre que sabe lo que es la vida. Y como hombre te digo: síguela o la perderás.
Busqué el barco, y no lo hallé. Había partido hacia no sé que lugar y, una vez mas, quedé en tierra. Pero esta vez no podía resígname. Marché en busca de Cascanueces.
-Amigo, voy tras Coppelia, préstame “La “Fantástica”
-No puedo, mi padre Tchaikowski se la ha llevado.
-¿y qué puedo hacer –exclamé desolado- la voy a perder.
-Escríbela y las olas del Danubio llevaran la carta a su destino. No te preocupes, ellas van más deprisa que el barco donde navega.
Con toda la impaciencia que pueda albergar el alma escribí un poema y le puse un vals en él. Corrí hacía la orilla del río y eché la carta con un beso dentro. Empezó a alejarse y pronto no la pude distinguir.
Esperé no sé cuánto tiempo, mis cabellos empezaban a blanquear, mi cuerpo a envejecer, mi espíritu a desesperanzarse, cuando un día, mientras paseaba por un frondoso vergel, tropecé con un cardo y me herí. Lloré con la desilusión de un niño que hubiera perdido su juguete preferido. Cuando las lágrimas se secaron miré al alrededor y descubrí un trébol que, solitario, se hallaba cerca de un serpenteante riachuelo. Fui hacía él y. tras contemplarlo, con suma delicadeza, lo arranqué. Conté sus hojas: Una, dos, tres y…cuatro
Regresé a casa con la cuarta hoja hecha un beso
Cuenta la leyenda que allá arriba está Coppelia bailando un vals.
COPPELIA
-Mírala, poeta, como navega a través del Danubio Azul camino de las Sílfides.
-¡Es verdad –exclamé exaltado! -Allí va Coppelia, la muñeca hecha milagro.
-Toma el barco y síguela.
¿Es posible encontrar la esperanza hecha realidad?
Yo no soy poeta, sólo un hombre que sabe lo que es la vida. Y como hombre te digo: síguela o la perderás.
Busqué el barco, y no lo hallé. Había partido hacia no sé que lugar y, una vez mas, quedé en tierra. Pero esta vez no podía resígname. Marché en busca de Cascanueces.
-Amigo, voy tras Coppelia, préstame “La “Fantástica”
-No puedo, mi padre Tchaikowski se la ha llevado.
-¿y qué puedo hacer –exclamé desolado- la voy a perder.
-Escríbela y las olas del Danubio llevaran la carta a su destino. No te preocupes, ellas van más deprisa que el barco donde navega.
Con toda la impaciencia que pueda albergar el alma escribí un poema y le puse un vals en él. Corrí hacía la orilla del río y eché la carta con un beso dentro. Empezó a alejarse y pronto no la pude distinguir.
Esperé no sé cuánto tiempo, mis cabellos empezaban a blanquear, mi cuerpo a envejecer, mi espíritu a desesperanzarse, cuando un día, mientras paseaba por un frondoso vergel, tropecé con un cardo y me herí. Lloré con la desilusión de un niño que hubiera perdido su juguete preferido. Cuando las lágrimas se secaron miré al alrededor y descubrí un trébol que, solitario, se hallaba cerca de un serpenteante riachuelo. Fui hacía él y. tras contemplarlo, con suma delicadeza, lo arranqué. Conté sus hojas: Una, dos, tres y…cuatro
Regresé a casa con la cuarta hoja hecha un beso
Cuenta la leyenda que allá arriba está Coppelia bailando un vals.
2 Comments:
Estas hecho un poeta!! No sabía que escribias tan bien tío, el blog está muy bien solo falta que lo continúes un tiempo y verás como empezarás a recibir más visitas, un saludo
Esta muy bien me ha dado que pensar no se si lo habré entendido o si habia algo que entender pero desde luego da que pensar.Soy el que no te encontraba
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