HERIDO
Lo que ahora os presento, para vuestro placer, lo debí escribir durante aquellos años de fertilidad creadora, plena el alma de dulces contradicciones y dolorosos placeres.
Herido
Me siento herido de poesía, que me sumerge en una existencia plena de creadora sensibilidad. Todo lo demás es vacío. La ciudad donde habito es cada vez más deshumanizada, y las personas que contemplo a ,través de la ventana, son más bien fantasmas que corren, sin saber sus destinos, que hablan sin decir nada. Y mi inquieto espíritu no halla cobijo en la casa donde vivo. Es el precio que los soñadores debemos de pagar por vivir en un mundo que no quiere dejar de ser real, porque teme ser poético, sin saber que la poesía es la sonrisa de la realidad. Sólo en mi cuarto encuentro la paz que ansío: en medio de cuatro paredes y mis amigos los libros, mudos testigos de mis días grises. La música, -¿qué sería de mi sin ella, compañera de mi soledad?- me acompaña siempre, ya sea sonando, ya sea creando, porque música es creación y creación es vida. No concibo la vida sin poesía. ! Y qué pocos son los hombres que saben crear! Este es un mundo que no sueña, porque nadie le ha enseñado a crear. Es un mundo deshumanizado, porque no sabe sonreír. Es un mundo viejo, porque no ha sabido ser niño.
Por eso repetiré no una, sino miles de veces:
¡Dejadme soñar, para vivir!
Y si no me dejáis vivir... "Para mundo, que me apeo".
Herido
Me siento herido de poesía, que me sumerge en una existencia plena de creadora sensibilidad. Todo lo demás es vacío. La ciudad donde habito es cada vez más deshumanizada, y las personas que contemplo a ,través de la ventana, son más bien fantasmas que corren, sin saber sus destinos, que hablan sin decir nada. Y mi inquieto espíritu no halla cobijo en la casa donde vivo. Es el precio que los soñadores debemos de pagar por vivir en un mundo que no quiere dejar de ser real, porque teme ser poético, sin saber que la poesía es la sonrisa de la realidad. Sólo en mi cuarto encuentro la paz que ansío: en medio de cuatro paredes y mis amigos los libros, mudos testigos de mis días grises. La música, -¿qué sería de mi sin ella, compañera de mi soledad?- me acompaña siempre, ya sea sonando, ya sea creando, porque música es creación y creación es vida. No concibo la vida sin poesía. ! Y qué pocos son los hombres que saben crear! Este es un mundo que no sueña, porque nadie le ha enseñado a crear. Es un mundo deshumanizado, porque no sabe sonreír. Es un mundo viejo, porque no ha sabido ser niño.
Por eso repetiré no una, sino miles de veces:
¡Dejadme soñar, para vivir!
Y si no me dejáis vivir... "Para mundo, que me apeo".